El mes de Marzo ha sido un mes intenso para todas las comunidades y especialmente para las de Guipúzcoa.
El domingo 13 de Marzo, animadas por la llamada del Papa Francisco a vivir el Jubileo en este Año dedicado a la Misericordia, las dos comunidades de Irún y la de Lasarte-Oria nos reunimos en el Santuario de Aránzazu. Participamos en la celebración del Sacramento de la Reconciliación y después en la Eucaristía, destacando la gran participación del pueblo y lo bien preparadas que estaban ambas liturgias.
Compartimos también la comida y por la tarde visitamos la llamada Catedral de las Ermitas, Nuestra Señora de la Antigua, en Zumárraga.
La misericordia
Señor Jesucristo,
Tú nos has enseñado a ser misericordiosos como el Padre del cielo, y nos has dicho que quien te ve, lo ve también a Él. Muéstranos tu rostro y obtendremos la salvación. Tú mirada llena de amor libre a Zaqueo y a Mateo de la esclavitud del dinero; a la adúltera y a la Magdalena de buscar la felicidad solamente en una creatura; hizo llorar a Pedro luego de la traición, y aseguró el Paraíso al ladrón arrepentido. Haz que cada uno de nosotros escuche como propia la palabra que dijiste a la samaritana: ¡Si conocieras el don de Dios! Tú eres el rostro visible del Padre invisible, del Dios que manifiesta su omnipotencia sobre todo con el perdón y la misericordia: haz que, en el mundo, la Iglesia sea el rostro visible de Tí, su Señor, resucitado y glorioso. Tú has querido que también tus ministros fueran revestidos de debilidad para que sientan sincera compasión por los que se encuentran en la ignorancia o en el error, haz que quien se acerque a uno de ellos se sienta esperado, amado y perdonado por Dios. Manda tu Espíritu y conságranos a todos con su unción para que el Jubileo de la Misericordia sea un año de gracia del Señor y tu Iglesia pueda, con renovado entusiasmo, llevar la Buena Nueva a los pobres, proclamar la libertad a los prisioneros y oprimidos y restituir la vista a los ciegos. Te lo pedimos por intercesión de María, Madre de la Misericordia, a ti que vives y reinas con el Padre y el Espíritu Santo por los siglos de los siglos Amén.