El campo de trabajo de Bilbao es una experiencia de verano para conocerse a uno mismo y al mismo tiempo conocer la realidad que nos rodea, cambiando la mirada. Para ello, por las mañanas realizamos una colonia con niños del barrio, donde realizamos actividades, juegos, gynkanas… y por las tardes abrimos los ojos a las diferentes realidades que están a nuestro alrededor y que, en ocasiones, no somos capaces de ver o simplemente, nos son desconocidas.
Este barrio, con todos los colectivos y situaciones que reúne, nos da la posibilidad de llevar a la práctica las palabras de Ignacio “En todo amar y servir”, ya que podemos dar lo que tenemos de nosotros a los demás, por medio del servicio desinteresado.
En mi caso personal, venir al Campo de Trabajo de SanFran fue un punto de inflexión en mi vida. En un momento en el que estaba perdido y sin rumbo, habiendo dejado la universidad y con diversos temas personales que me impedían estar plenamente lleno, me ayudó a mirarme dentro, a ver lo bueno y también lo malo que había en mí, que fue duro, pero muy necesario. Me sirvió para darme cuenta del camino que Aita Dios quería para mí, de dónde me quería él y era llevando esa frase de San Ignacio al límite y dando todo lo que tengo en mi por y para los demás.
Verdaderamente creo que este campo de trabajo es una oportunidad que te ayuda a crecer como persona, a conocerte interiormente y a compartir todo ello en comunidad junto a Dios, tirando todos los muros y estereotipos que tenemos y que no nos dejan vivir en un mundo justo y donde conviven diferentes culturas y realidades enriqueciéndose mutuamente.