Durante diez días hemos compartido hogar. Te has adentrado en nuestro barrio, nuestra casa, nuestra vida… aprendiendo a mirar la realidad que nos rodea con otros ojos. Has mirado San Fran con una mirada de acogida limpia y sin prejuicios.
Te hemos visto inmerso en nuestras calles y culturas, disfrutando de la hospitalidad, unión y compañerismo que caracteriza nuestro barrio.
Te has puesto en el lugar de todos y cada uno de los que formamos San Fran, empezando por nuestros pequeños en Tximeleta. Gracias a tu cariño y entrega, has conseguido que nuestros hijos se levanten de la cama con ganas de empezar el día y que lleguen a casa con sonrisas difíciles de borrar. Nosotros mejor que nadie, sabemos que muchas veces es difícil tratar con ellos, sin embargo, con vuestra paciencia y trabajo, habéis hecho que se olviden durante unos días de las dificultades diarias y disfruten como locos en las Colonias. Cada abrazo, beso, sonrisa, caricia… les han hecho sentir los más especiales del mundo, y eso es gracias a vosotros.
Has mostrado interés en conocer la realidad de la inmigración en nuestro país. Te has puesto en la piel de cada persona que decide abandonar su país, siguiendo paso a paso el difícil camino que tienen que seguir. Has sentido, al igual que nosotros, miedo, frustración, soledad, desesperación… Sin embargo, no te has rendido y has querido seguir conociendo más sobre nuestro barrio.
Cada día de camino a casa has observado a las mujeres de la calle Cortes. Mujeres de distintas edades y culturas que por falta de recursos, se ven obligadas a ejercer la prostitución. Askabide os ha explicado como nos ayudan diariamente con sus distintos proyectos. Gracias a ellos podemos charlar, tomar un café, realizar distintos talleres… sintiéndonos mujeres dignas y con derechos, olvidándonos por un momento de las situaciones de discriminación y violencia a las que estamos expuestas diariamente.
Tu casa durante estos días ha sido un centro muy importante en nuestras vidas, Hargindegi. Éste significa mucho para nosotros, ya que es un espacio de acogida, apoyo y escucha que nos ayuda a seguir adelante. Cada uno de sus trabajadores y voluntarios, nos devuelven la alegría, autoestima y esperanza, facilitando nuestro duro y largo proceso de inserción social. Hargindegi para nosotros es familia.
Abriéndote a conocer la realidad de las personas sin techo, has tenido la suerte de conocer el evangelio hecho carne. Hablamos sin duda de Hontza, centro nocturno en el que se acoge a todas las personas con problema de adicciones y sin hogar, sin importar de donde sean y cual sea su problema. El único objetivo de Hontza es dar calor y cariño a las personas que más lo necesitan. Con un simple café calentito hacen más amenas las solitarias noches en las calles y proporcionan mucha compañía, atención y escucha. Para todas las personas que acuden cada noche, Hontza es su hogar, su única familia.
Tras recorrer brevemente tu paso por nuestro barrio, queremos darte las gracias por estos días en San Fran. Gracias por acercarte a nosotros y escuchar todos nuestros problemas sin juzgarnos. Gracias por quitarte las gafas y ponerte en nuestra piel para comprender todo nuestro sufrimiento, porque en San Fran entras con una mirada y sales con otra muy distinta. Y gracias por haber formado parte de nuestra pequeña familia. San Fran te cambia la vida, por eso, por muchos años que pasen, estamos seguros de que siempre nos llevareis en vuestro corazón.
Por último, queremos animarte a que sigas luchando por un mundo mejor. Hoy en día, se necesitan jóvenes que levanten la voz y que den la cara, jóvenes cristianos sin miedo a nada, y tú y tus compañeros sois ejemplo de ello.
Eskerrik asko!
Con mucho cariño,
Los vecinos de San Fran.
Mamen Millán Gómez-Millán.